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Tips para mejorar la digestión de forma natural

  • Foto del escritor: Lola
    Lola
  • 18 mar
  • 7 Min. de lectura

Actualizado: 19 mar

Una buena digestión es clave para el bienestar general. No solo influye en cómo absorbemos los nutrientes, sino que también está directamente relacionada con nuestra energía, nuestro sistema inmune y hasta con nuestro estado de ánimo. Si sentís hinchazón, digestión lenta o malestar después de comer, hay muchas formas naturales de mejorar el proceso digestivo sin recurrir a fármacos.
Una buena digestión es clave para el bienestar general. No solo influye en cómo absorbemos los nutrientes, sino que también está directamente relacionada con nuestra energía, nuestro sistema inmune y hasta con nuestro estado de ánimo. Si sentís hinchazón, digestión lenta o malestar después de comer, hay muchas formas naturales de mejorar el proceso digestivo sin recurrir a fármacos.

Hoy quiero compartirte algunos tips efectivos para optimizar tu digestión de manera natural, incluyendo hábitos diarios, remedios ancestrales y prácticas que realmente hacen la diferencia.


 

Tomá infusiones digestivas antes y después de comer

Las infusiones con hierbas amargas o carminativas pueden ayudar a estimular la producción de bilis, mejorar la digestión de grasas y aliviar la hinchazón. Una de las más poderosas es el té de diente de león.


Diente de león: Esta planta es un tónico digestivo natural que apoya la función hepática y ayuda al cuerpo a deshacerse de toxinas. También estimula la producción de bilis, facilitando la digestión de grasas.

  • Cómo tomarlo: Prepará una infusión con una cucharada de raíz seca de diente de león en una taza de agua caliente. Dejá reposar 10 minutos y tomalo antes y después de las comidas principales.


Otras infusiones digestivas que te recomiendo:

  • Jengibre: Estimula la digestión y reduce la inflamación.

  • Menta: Alivia gases y relaja el sistema digestivo.

  • Hinojo: Reduce la hinchazón y calma espasmos intestinales.


Para aprovechar más los beneficios del jengibre, hervilo por 10 minutos.
Para aprovechar más los beneficios del jengibre, hervilo por 10 minutos.

Usá Castor Oil Packs para mejorar la digestión

El aceite de ricino (castor oil) es un remedio natural increíble para estimular el hígado, el sistema linfático y mejorar la función digestiva. Los castor oil packs son compresas empapadas en este aceite que se aplican en el abdomen para promover la desintoxicación y aliviar la inflamación.


Beneficios de los Castor Oil Packs para la digestión:

  • Estimulan el hígado y la producción de bilis.

  • Mejoran el tránsito intestinal.

  • Mejoran la digestión de grasas.

  • Favorecen el drenaje linfático, ayudando a mover toxinas a través del sistema linfático, lo que reduce la inflamación y mejora la absorción de nutrientes.

  • Reducen la inflamación y alivian molestias digestivas.

  • Relajan el sistema nervioso, ayudando a aliviar el estrés que puede afectar la digestión.


Cómo usarlos:

  1. Empapá un paño de algodón o franela con aceite de ricino.

  2. Aplicalo sobre el abdomen del lado derecho, justo debajo de las costillas, cubriéndolo con una tela lo suficientemente grande para poder atar del lado izquierdo. Lo único que debe quedar cubierto es la parte derecha del abdomen, donde se encuentra el hígado.

  3. Colocá una bolsa de agua caliente o almohadilla térmica encima.

  4. Relajate durante 30-60 minutos.

  5. Cuando te quites el Castor Oil Pack, masajeá el abdomen en círculos con el aceite que te quedó.

Se recomienda hacer esto de 2 a 3 veces por semana, especialmente si sentís el hígado sobrecargado o si tu digestión está lenta.


Masticá bien los alimentos

Puede parecer un consejo obvio, pero masticar bien es la clave para una buena digestión. La digestión empieza siempre en la boca, donde las enzimas comienzan a descomponer los alimentos antes de que lleguen al estómago.

  • Tip: Intentá masticar cada bocado al menos 20-30 veces antes de tragar. Esto reduce la carga de trabajo del sistema digestivo y previene problemas como hinchazón y fermentación excesiva en el intestino.


Evitá beber líquidos durante las comidas

Beber grandes cantidades de agua o jugos mientras comemos puede diluir los jugos gástricos y dificultar la digestión. Lo ideal es hidratarse 30 minutos antes o después de las comidas, en lugar de durante.

Si sentís la boca seca mientras comes, podés tomar pequeños sorbos de agua tibia o infusión digestiva.


Movete después de comer

Después de una comida, evitá quedarte sentada o acostada inmediatamente. Un paseo de 10-15 minutos ayuda a estimular el sistema digestivo y previene la hinchazón y el reflujo.

  • Tip: Caminar lentamente después de comer activa la digestión y mejora la absorción de nutrientes.


Consumí más alimentos fermentados

Los alimentos fermentados aportan probióticos naturales que nutren la microbiota intestinal y favorecen una digestión más eficiente.


Opciones recomendadas:

  • Chucrut

  • Kimchi

  • Kéfir

  • Yogur natural sin azúcar

  • Kombucha

Tip: Incorporalos progresivamente en tu alimentación, empezando con pequeñas cantidades para que tu intestino se adapte.


Hacete masajes abdominales con aceites esenciales

Masajear el abdomen ayuda a estimular el movimiento intestinal y a liberar tensiones que pueden estar afectando la digestión.


Aceites esenciales recomendados:

  • Menta: Alivia gases y calambres digestivos.

  • Jengibre: Estimula la digestión y reduce la inflamación.

  • Hinojo: Excelente para aliviar hinchazón y molestias digestivas.

Cómo hacerlo: Mezclá unas gotas de aceite esencial con un aceite base (como jojoba o coco) y masajeá el abdomen en movimientos circulares durante 5-10 minutos.


Practicá respiración consciente antes de comer

El estrés afecta directamente la digestión. Cuando estamos en estado de estrés, el cuerpo prioriza otras funciones y no dedica suficiente energía al sistema digestivo.

  • Ejercicio rápido: Antes de comer, tomá tres respiraciones profundas, inhalando por la nariz y exhalando lentamente por la boca. Imaginá que estás haciendo burbujas con un sorbete, y exhala con los labios en esa posición. Esto activa el sistema parasimpático, que favorece la digestión.


Empezá a incorporar ayunos en tu rutina

A diferencia de lo que nos contaron toda la vida, no necesitamos tanta comida ni estar comiendo constantemente. De hecho, el exceso de comida puede ser lo que nos está enfermando. Nuestro sistema digestivo, al igual que cualquier otra máquina, necesita pausas para funcionar de manera eficiente. Cuando está sobrecargado, la mejor opción es "apagarlo por un rato" y darle un descanso. Dependiendo de las reservas de grasa y masa muscular, algunas personas pueden sobrevivir entre 2 y 4 semanas sin ingerir alimentos, siempre que se mantengan bien hidratadas. Asique podes quedarte tranquila: no comer por unos días no te va a hacer mal, de hecho, es todo lo contrario.


Beneficios del ayuno intermitente para la digestión: (12 a 18 horas)

  • Permite que el sistema digestivo se repare y regenere.

  • Reduce la inflamación y mejora la salud intestinal.

  • Optimiza la absorción de nutrientes al darle tiempo al cuerpo de procesarlos correctamente.

  • Regula los niveles de insulina y estabiliza el metabolismo.

Cómo empezar: Si nunca ayunaste, podés probar un ayuno de 12 a 14 horas desde tu cena hasta el desayuno. Con el tiempo, podés extenderlo a 16 horas si te sentís bien. Lo más importante es escuchar a tu cuerpo y hacer la transición de manera progresiva.


Beneficios del ayuno prolongado:

Los ayunos prolongados (de 24 horas o más) permiten una regeneración celular más profunda y ayudan al cuerpo a entrar en un estado de autofagia, donde las células eliminan desechos y se reparan. A partir de las 18 horas de ayuno, el cuerpo comienza a entrar en cetosis, un estado en el que empieza a utilizar las grasas como fuente principal de energía en lugar de la glucosa. Esto no solo ayuda a la quema de grasa, sino que también tiene beneficios metabólicos y antiinflamatorios.

Beneficios del ayuno prolongado:

  • Promueve la eliminación de toxinas acumuladas en el intestino y el hígado.

  • Reduce la inflamación sistémica y mejora la microbiota intestinal.

  • Favorece la regeneración celular a través de la autofagia, ayudando a prevenir enfermedades crónicas.

  • Potencia la claridad mental y mejora la conexión mente-cuerpo.

  • Induce la cetosis, lo que favorece la quema de grasas y la producción de cuerpos cetónicos, que sirven como fuente de energía para el cerebro y el organismo.

Cómo implementarlo: Si querés experimentar con ayunos más largos, podés empezar con un ayuno de 24 horas una vez a la semana o cada 15 días. (Yo hago ayuno de 24 horas todos los lunes y una vez por mes hago un ayuno de 3 días, siempre teniendo en cuenta la fase de mi ciclo menstrual. Las mujeres solo podemos hacer ayunos prolongados en la fase folícular).

Es muy importante hidratarte bien con agua y electrolitos. Para romper el ayuno, lo ideal es comenzar con proteínas y carbohidratos, priorizando siempre las proteínas primero.


Respetá los ciclos digestivos de tu cuerpo

El cuerpo tiene ritmos naturales y la digestión funciona mejor cuando los respetamos:

  • Desayuná como una reina/rey → En la mañana, el metabolismo se está activando, y el cuerpo necesita energía de calidad para empezar el día con fuerza. Es como cuando encendés una fogata: necesitás buenos troncos para que el fuego prenda bien y dure. Un desayuno completo con proteínas, grasas saludables y carbohidratos naturales le da a tu cuerpo lo que necesita para funcionar con claridad y vitalidad durante el día. Trata siempre de comer primero las proteínas, que son las encargadas de hacerte sentir saciada.


  • Almorzá como una princesa/príncipe → Al mediodía, el sistema digestivo está en su punto más fuerte, como el sol en su máxima potencia. Este es el momento ideal para la comida más abundante del día, porque el cuerpo está en su mejor capacidad para procesar y absorber los nutrientes. Es el equivalente a agregar más leña a una fogata que ya está encendida y fuerte. Evitá comer harinas, azúcares y "alimentos" ultraprocesados.


  • Cená como una campesina/campesino → A la noche, el fuego digestivo baja, el cuerpo se prepara para el descanso y la regeneración, y no necesita grandes cantidades de comida. Comer liviano evita que el sistema digestivo se sobrecargue antes de dormir, permitiendo que el cuerpo se enfoque en la reparación celular y el descanso profundo. Es como dejar que la fogata se apague naturalmente en lugar de seguir avivándola cuando ya no es necesario. Intentá cenar al menos 3 horas antes de acostarte para darle tiempo a tu cuerpo de digerir bien lo que comiste y evitar que el sistema digestivo trabaje de noche, cuando tiene que descansar para reponer energías.


Consejo Kai:

No se trata de aplicar todos estos cambios de golpe, sino de escuchar tu cuerpo y encontrar qué hábitos funcionan mejor para vos. La digestión es un reflejo de nuestro bienestar general, y pequeños ajustes pueden hacer una gran diferencia.


Conclusión:

Cuidar la digestión de forma natural es un regalo para tu salud. Desde infusiones como el té de diente de león, castor oil packs y buenos hábitos hasta ayunos, alimentos fermentados y respiración consciente, hay muchas herramientas naturales para optimizar tu sistema digestivo.

Probá estos consejos y observá cómo responde tu cuerpo. Cada pequeño cambio suma y te acerca a un estado de mayor bienestar.


 

¿Cuál de estos tips vas a probar primero? ¡Te leo en los comentarios!

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